CÓMO IMPLICAR AL PROFESORADO EN LOS PROYECTOS INTERMODULARES

martes, 4 de marzo de 2025

 

PROYECTO INTERMODULAR FP

 

Retos, proyectos, trabajo colaborativo y en equipo, digitalización, creatividad, innovación, intermodularidad, metodologías, emprendimiento, evaluación, sostenibilidad... y así podríamos seguir con una larga ristra de términos que vienen a complicarnos la exigente tarea docente que llevamos a cabo en las aulas. La nueva ley de FP y las normativas que la desarrollan nos plantean desafíos y alternativas para que nuestro alumnado sea más competente. Todos buscamos esa mejora de los aprendizajes y que la enseñanza se acomode a los tiempos que corren. Sin embargo, implicar al profesorado en el diseño, planificación, desarrollo y evaluación de los retos no es tarea fácil. ¿Cómo lo hacemos? ¿Estamos convencidos al respecto?

 

Tenemos argumentos de sobra para seguir con nuestra dinámica habitual de clases, donde, por mucho que se critique a la innovación educativa de cada momento, lo habitual es explicar, hacer tareas o prácticas, corregir y poner exámenes. Nada nuevo, ni nada que objetar. Ahora bien, el nuevo sistema de FP nos exige un replanteamiento de la metodologías; lo podemos tomar como una imposición o como una oportunidad. Visto el trabajo que exige, solemos tomarlo como una responsabilidad más que tenemos y no como un desafío para hacer algo distinto que también nos motive a nosotros. Quizás, el enfoque de los proyectos no debiera ir solo dirigido a la motivación del estudiante. Probablemente, lo digo por experiencia, es más fácil enredar a los alumnos cuando nosotros también estamos ilusionados con los retos que planteamos. La motivación del docente es la eterna olvidada. Al igual que un mayor reconocimiento de su trabajo, tanto por parte de otros colegas como por los responsables educativos.

 

Sin duda, es necesaria una cultura de trabajo en equipo y de coordinación docente para introducir este tipo de metodologías donde colaboran docentes de distintos módulos de un mismo ciclo formativo. El liderazgo del equipo directivo y la promoción de este tipo de enseñanza, junto a otras opciones metodológicas, es también fundamental para favorecer su implementación. Predicar con el ejemplo suele funcionar, pero es además útil ofrecer recursos materiales y organizativos para aquellos que se embarcan en un proyecto retador que conlleva una carga de trabajo adicional. Sin olvidar ciertas dosis de generosidad, modestia y prudencia con los compañeros. Así como conocer experiencias contrastadas de otros centros y leer más al respecto.

 

Ahora, con el nuevo módulo del proyecto intermodular, debiéramos aprovechar la chance para potenciar este tipo de trabajo en equipo donde se incluyan diferentes resultados de aprendizaje y donde la creatividad nos lleve a diseñar aquellos proyectos colaborativos que nos ilusionen tanto al equipo docente como a los estudiantes. Y no es sencillo, desde luego. Son necesarios muchos momentos de reflexión, conversación y consenso para diseñar esos retos que, quizás, lleguen a ser memorables para alguno de nuestros estudiantes. Es imprescindible también una mínima formación docente al respecto. Conocer las herramientas y el sentido de una evaluación formativa, cómo podemos enseñar mejor o qué recursos son adecuados, es fundamental para no caer en las ocurrencias o fracasar por un exceso de faena o falta de convencimiento personal. 

 

Aprovechemos pues este nuevo módulo para implementar este tipo de trabajo que, tanto a nivel de centro educativo, como para adquirir otras competencias adecuadas a un entorno profesional real, es una coyuntura que no debemos desaprovechar. Pero comencemos a dar buenos motivos al profesorado de FP. La ocasión lo merece.  

 

Foto de yassine rahaoui en Unsplash

¿CABE EL AMOR EN LA FP?

domingo, 2 de marzo de 2025

 

AMOR Y FP

 

Hay ocasiones que se produce algo cercano a la cuadratura del círculo. Incluso cuando menos te lo esperas. Los que gustamos de leer artículos o ensayos pedagógicos (no se puede ser perfecto) arrastramos a menudo una visión idealizada de la educación. Se nos puede tachar de ilusos, románticos o idealistas. Sin embargo, me considero una persona fundamentalmente pragmática. ¿Y qué tiene que ver el amor y la FP con todo esto? ¿Cabe el amor en la escuela? Algo chirría.

 

Daniel Pennac, en "Mal de escuela" lo expresó muy bien:

Una palabra que no puedes ni siquiera pronunciar en una escuela, un instituto, una facultad o cualquier lugar semejante. 

–¿A saber? 

–No, de verdad, no puedo… 

–¡Vamos, dilo! 

–Te digo que no puedo. Si sueltas esta palabra hablando de instrucción, te linchan, seguro. 

–… 

–… 

–… 

–El amor.

 

O en ese otro precioso libro de Paulo Freire, "Cartas a quien pretende enseñar", donde afirma:

Pero es preciso sumar otra cualidad a la humildad con que la maestra actúa y se relaciona con sus alumnos, y esta cualidad es la amorosidad sin la cual su trabajo pierde el significado. Y amorosidad no sólo para los alumnos sino para el propio proceso de enseñar.


En tiempos donde enfrentamos el conocimiento frente a las emociones; donde el resultadismo es el antónimo perfecto de la sensibilidad; donde los grises no forman parte de la gama de colores escolares; parece haber caído en desuso la búsqueda de la memorabilidad en las experiencias de aprendizaje (como muy bien señala Fernando Trujillo a lo largo de su extensa bibliografía respecto a los activos de aprendizaje). Y el amor es, sin duda alguna, algo que perdura y trasciende cuando se experimenta en la escuela. No es necesario quitar un gramo de esas competencias que harán de nuestros alumnos unas personas preparadas para enfrentarse a un mundo laboral. Justo todo lo contrario. Si logramos embarcar al alumnado en proyectos que supongan un reto personal, donde el docente inspire y comparta sus conocimientos, tendremos más probabilidad de que todos aprendan. A pesar de no ver los resultados a simple vista, de los desencuentros o la falta de motivación con la que reñimos, vale la pena buscar el sentido a lo que hacemos.

 

El amor, el cariño, el afecto, la sensibilidad o la ternura, son los mejores activos en un panorama actual donde los valores morales parecen mutar a la ley del más fuerte como un signo de rebeldía al sistema. Libertad malentendida, abuso de los derechos y una escala de valores que vacila (en todos los sentidos). Sí, los tiempos están cambiando. Ojalá en el sentido que cantaba Bob Dylan en su famosa canción (muy recomendable la recién estrenada película sobre su vida):

Come writers and critics
Who prophesize with your pen
And keep your eyes wide
The chance won’t come again
And don’t speak too soon
For the wheel’s still in spin
And there’s no tellin’ who that it’s namin’
For the loser now will be later to win
For the times they are a-changin’
Venid escritores y críticos
Que profetizáis con vuestra pluma
Y mantened los ojos bien abiertos
La ocasión no se repetirá
Y no habléis demasiado pronto
Pues la ruleta todavía está girando
Y no ha nombrado quién será el elegido
Porque el perdedor ahora será el ganador más tarde
Porque los tiempos están cambiando

 

Estas líneas vienen a colación de la reflexión personal y pública que hizo de forma maravillosa una alumna en el pasado Congreso de FP de la Comunitat Valenciana; donde concluyó que la palabra que mejor representaba el proyecto de voluntariado sobre la Dana que hemos llevado a cabo en el aula, es el AMOR.

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