DESEOS PARA UN NUEVO AÑO Y UNA NUEVA FP

sábado, 4 de enero de 2025

 

deseos para un nuevo año y una nueva fp

 

Continuando con los deseos para un nuevo año, y esperando haber colaborado en alguna medida a la compra de regalos en los negocios de las localidades afectadas por la DANA (NO nos olvidemos de ellos, podemos seguir contribuyendo a su recuperación), es ahora tiempo de buenos propósitos. También en la FP, este agitado curso, nos lleva a centrar nuestros ruegos en poco más que cubrir las plazas de formación en empresas para nuestro alumnado de primer curso, a la vez que cumplimos con la próximamente extinta FCT. 

 

Siendo realistas, el sálvese quien pueda parece que será la tónica general en muchos centros educativos. Ya andamos buscando solventar ese nuevo módulo que dualiza toda la FP y que incorpora una formación práctica y real en una empresa con la que alcanzar teóricamente unos Resultados de Aprendizaje (RA) a determinar de una serie de módulos también a determinar; y que en la práctica se está planteando como buenamente se puede según cada titulación, la zona geográfica, y las intenciones y realidad que se respira en cada empresa, organismo equiparado o centro educativo. Sin duda, las prisas no han sido unas buenas acompañantes. La falta de comunicación e incentivos para las empresas u organizaciones colaboradoras son un aspecto a mejorar para impulsar el acercamiento de la FP al mundo del trabajo. Ese sería otro de mis primeros deseos. 

 

También aspiro a que este 2025 nos permita contemplar la evaluación de un modo diferente, y no de nuevo como unas simples líneas de un apartado que ayuda a cumplimentar las a menudo poco socorridas programaciones. El papel y la auxiliadora inteligencia artificial hacen maravillas, pero lo ideal es plantearse una verdadera evaluación formativa. Ojalá. Estoy convencido de que podemos avanzar significativamente el aprendizaje desde este ámbito.

 

Luego vendrían esos nuevos proyectos intermodulares que, parece ser, cada departamento o centro educativo está planteando de muy distinta forma. Aquellos ya acostumbrados a trabajar por retos o proyectos, tienen ahora un modo de recurrir a ese nuevo módulo desde el que se calificará (y evaluará conjuntamente) el trabajo y aprendizajes llevados a cabo. Sin embargo, es preciso incorporar cambios organizativos, así como una formación al respecto, para una implementación más eficaz de este propósito intermodular. Esa cacareada flexibilidad que nos ofrece la nueva FP debiera poder materializarse e implementarse con medios adecuados y desde unas líneas de trabajo bien definidas para evitar el habitual maremagnum y las sucesivas reinterpretaciones de la normativa.

 

Algo similar puede estar pasando con los nuevos módulos de sostenibilidad y digitalización. Podemos convertirlos en las marías de turno, o aprovechar su implantación para ser trabajadas de un modo transversal y con una aplicación real al entorno productivo de cada ciclo formativo. Aquí también las propuestas son diversas, pese a que la carga lectiva no da para lo que exige el currículo básico. No estaría nada mal que se crearan y compartieran materiales específicos para las distintas familias profesionales; y no andar, como es habitual, buscándose la vida para aterrizar un módulo que puede ser más o menos interesante según lo planteemos en el aula.

 

Pese a que la jubilación a muchos nos esperará a los sesenta y siete años, solo pido no perder la motivación para continuar a pie de aula; ni sufrir más pérdidas de poder adquisitivo, ya sea por la inflación o por el incremento de tareas burocráticas que nada o poco aportan a la enseñanza. Tengo claro que los estudiantes van cambiando con los años, no son ni mejores ni peores, pero son siempre un desafío que, según nos lo planteemos te amargan o te inspiran. Mi demanda pasa por mantener esos motivos originales que permiten que nuestra docencia trascienda de algún modo. Espero no necesitar ningún coach ni gurú para ello. Aunque nunca vienen mal los consejos de Alfonso Alcántara:

 

Te sientas como te sientas y pienses lo que pienses, haz lo que debes, cumple con tus tareas y sigue tus planes. Y para conseguirlo tenemos que organizar bien nuestra empresa y nuestra vida profesional para propiciar la iniciativa para mejorar las cosas frente a la pasividad que supone esperar que mejoren.

Todo lo anterior puede condensarse en una petición de tiempo: tiempo para actualizarme técnicamente, tiempo para una formación didáctica de calidad, y tiempo para programar y cumplir esas programaciones con el sentido que la nueva FP nos propone. Un tiempo para dedicarlo a mis alumnos de un modo más personalizado, sin urgencias, para enseñar adecuadamente. Creo que debemos decir basta a esas malditas prisas donde solo importa titularse o certificarse, pasando el aprendizaje a un segundo plano. Dar importancia al conocimiento y alimentar la curiosidad debiera ser una prioridad sobre el resto de asuntos educativos. Aunque, como con casi todo, se comienza con la autoexigencia. En este caso, como nuevo propósito (quitando el repelente gimnasio), toca dejar de perder tiempo en esas redes sociales en las que, por afición y/o profesión, nos enredamos en exceso. 

 

Por último, deseo que mi nuevo libro, "Aprender en la nueva FP", publicado el pasado año, pueda ayudar en alguna medida a otros profesores y profesoras de Formación Profesional. Ojalá resulte de interés. En cualquier caso: mis mejores deseos para todos vosotros en este nuevo año.


Foto de Priscilla Du Preez 🇨🇦 en Unsplash

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