En breve vamos a sufrir o disfrutar las consecuencias de la nueva Ley de FP aprobada en el año 2022 y desarrollada el pasado año a través de un Real Decreto. A medida que se van aproximando los cambios previstos va in crescendo el interés de los docentes sobre cómo pueden verse afectadas sus funciones. ¿Qué pasa con mis módulos? ¿Qué hay de esa FP dual que ahora se generaliza? ¿Cómo quedan los currículos oficiales de los títulos? ¿Qué ocurre con la FCT, FOL o el PFC? Todos, de una u otra manera, tememos ver alteradas nuestras dinámicas y un trabajo al que tenemos cogida la medida. Sospechamos que la zona de confort no va a verse ampliada sino que más bien acabaremos desalojados de la misma.
De forma muy resumida, podemos ver algunos aspectos destacables que van a verse afectados con esta nueva Ley y su teórica aplicación para el próximo curso 2024/2025:
- Unificación de la oferta formativa. La FP se erige ahora como un sistema integrado que abarca la formación para empleados, desempleados, y aquellos estudiantes que se deciden por esta etapa. La nueva estructura está compuesta por distintos grados: desde la A hasta la E, la FP se despliega ofreciendo desde acreditaciones parciales hasta especializaciones. Cada grado es un peldaño que el estudiante puede ascender, acumulando competencias y calificaciones específicas.
- Reconocimiento flexible de aprendizajes. La formación recibida no es un camino lineal sino modular, permitiendo que el aprendizaje previo sea capitalizado y reconocido, reduciendo así la redundancia y fomentando la eficiencia educativa.
- Actualización curricular. La reforma trae consigo una actualización significativa en los currículos de los ciclos de grado básico, medio y superior, incluyendo nuevos módulos enfocados en habilidades digitales, sostenibilidad y empleabilidad. Se introduce en todos los ciclos el "proyecto intermodular", uniendo teoría y práctica a través del aprendizaje colaborativo y por proyectos.
- Dualidad como norma. La FP se rediseña bajo un modelo dual, implicando una colaboración más estrecha entre centros educativos y el mundo laboral, con una porción significativa del aprendizaje realizándose en empresas en cada curso de los ciclos y un mayor número de horas de prácticas que afectaran a la organización horaria de algún modo.
- Adaptaciones para la diversidad. Se establecen modalidades de formación presencial, semipresencial y virtual en la oferta de ciclos formativos, así como una oferta modular para atender a las necesidades educativas especiales a través de adaptaciones metodológicas.
- Compromiso con la calidad. La normativa introduce medidas para mejorar la calidad de la formación, incluyendo la reducción progresiva de ratios alumno/profesor, la promoción de la innovación y la investigación, y el fortalecimiento de los servicios de orientación profesional.
Para conocer en más detalles estos cambios son muy clarificadores los materiales publicado por Caixabank Dualiza y FPEmpresa. También vale la pena echar un visualizar atentamente los vídeos del canal de Youtube de Teacher MrSoler al respecto de cómo nos afectan estos próximos cambios a nivel docente y en las programaciones de los módulos.
Lo que parece claro es que este nuevo escenario va a conllevar una reestructuración de los ciclos y de las horas que cada especialidad tiene ahora atribuidas en los ciclos formativos, así como todo parece indicar que el proceso certificador de los distintos grados implicará una carga administrativa mayor a las entidades involucradas en la formación. Nos falta además por ver el distinto desarrollo normativo que hará cada comunidad autónoma y los recursos que cada administración educativa aportará para implementar las pretendidas mejoras de esta nueva Formación Profesional.
A nivel docente lo que realmente nos importa es cómo quedarán los módulos que ahora impartimos y saber cuándo, y verdaderamente, se actualizarán las competencias, los resultados de aprendizaje y los criterios de evaluación en los que debiera basarse una renovada programación didáctica. Suponemos que todo no será un mero cambio de libros de texto. Veremos si se hace a tiempo y con la debida sensatez, si se mantiene la vista puesta en lo que necesitan los estudiantes para su inserción profesional de un modo flexible a la vez que riguroso. También estaremos expectantes por saber si se contemplan recursos (mediante horas disponibles) para impulsar la investigación aplicada, la innovación, la internacionalización o el emprendimiento al que hace referencia la nueva normativa. Si todo se queda en un cambio de cromos, o en una mayor carga burocrática para los centros educativos, habremos perdido la oportunidad de transformar verdaderamente esta etapa educativa. Confiemos en que las modificaciones en la ordenación académica y dotar de una mayor autonomía a los centros educativos resolverán ciertas trabas a las que nos enfrentamos hoy en día. Suponiendo también una gestión más eficiente de los recursos.
Espero igualmente que las distintas administraciones autonómicas compartan recursos (programaciones, materiales didácticos, metodologías, etc.) e inviertan sin caer de nuevo en diferencias injustas tanto para los estudiantes como para el profesorado según cursen la formación en una u otra región. Queremos dar clase con instalaciones y herramientas adecuada y necesitamos además estar al tanto de aquellas metodologías e investigaciones que mejoran el aprendizaje del alumnado. Tampoco estaría mal aprovechar esta ley para contemplar el desarrollo de la carrera docente; una mejora más necesaria que nunca en un entorno profesional donde comienzan a escasear los perfiles docentes en muchas especialidades. Veremos.
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