LAS COMPETENCIAS Y TRABAJOS DEL FUTURO EN LA FP

lunes, 15 de mayo de 2023
Como cada cierto tiempo, los informes sobre los trabajos y competencias que el futuro demandará, proliferan por las redes a través de organismo o entidades que pretenden adivinar qué nos deparará el mercado laboral en los próximos años. La labor de pitoniso es bien difícil en los tiempos que corren; más todavía con la vertiginosa irrupción de una desafiante Inteligencia Artificial (IA) que parece removerá los cimientos de los negocios y sus empleos. Cuando creíamos que estaba todo controlado, manejando con cierta soltura los dispositivos móviles, manejando internet o atentos al big data, nos han devuelto a la casilla de salida. 

Sin embargo, no está de más estar atentos a los posibles cambios que se avecinan, teniendo en cuenta la cada vez más necesaria actualización de los títulos de una Formación Profesional que requiere estar a la última. Para muestra del acierto de predicciones pasadas tenemos la publicación de la revista The Futurist, en febrero de 1984, de un artículo titulado "Carreras emergentes: ocupaciones para la sociedad postindustrial", escrito por el psicólogo y consejero de carreras S. Norman Feingold. Las tendencias que Feingold  rastreaba en ese momento incluían el avance de las tecnologías de información y comunicación que estaban mejorando la productividad de la oficina, así como las oportunidades creadas por los avances médicos y los desafíos asociados con la escasez de recursos. Las carreras emergentes que identificó, como consejero genético, gerente de hotel oceánico y técnico en inteligencia artificial, se desarrollarían a partir de áreas de carrera preexistentes y serían posibles a través de avances en tecnología, cambios en el medio ambiente y otras megatendencias. Parece que casi acertó de pleno, hace ya 40 años... 

 

Ahora nos toca desgranar las tendencias, las competencias y futuros empleos que, en el reciente informe sobre el futuro de los trabajos ("The Future of  Jobs Report 2023"), las mayores empresas a nivel global entienden que se producirán como consecuencia de los cambios tecnológicos, geopolíticos, sociales y medioambientales.  


En relación a las competencias clave que se espera los docentes desarrollen, no hay demasiadas novedades sobre lo venimos escuchando en los últimos tiempos:


 1. Habilidades digitales y técnicas: en el uso de tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial, el aprendizaje automático y la realidad virtual para poder integrarlas en su enseñanza. 

2. Habilidades blandas: la resolución de problemas, la creatividad, la colaboración y el pensamiento crítico para poder fomentar el aprendizaje permanente entre el alumnado. 

 3. Conocimientos especializados: en áreas como la tecnología, las ciencias, las matemáticas y las habilidades técnicas para poder ofrecer una educación más personalizada y adaptada a las necesidades de cada estudiante. 

4. Comunicación efectiva: habilidades en la comunicación efectiva para poder transmitir información compleja de manera clara y concisa a sus estudiantes. 

5. Adaptabilidad: capaces de adaptarse rápidamente a los cambios en el entorno educativo y laboral para poder ofrecer una educación relevante y actualizada. 

 

Y me gustaría lanzar una pregunta (no retórica) al respecto de estas competencias clave de los docentes: ¿existe realmente una planificación al respecto? Tengo la sensación de que los discursos (sobre todo en política educativa) se focalizan en unos lugares comunes pero vacíos donde la palabrería nos impide avanzar y concretar para cada una de las titulaciones de FP en las que trabajamos. 


También se pronostica un crecimiento sustancial de empleos para profesorado de Formación Profesional (Vocational Education Teachers) que acompañaría a una demanda creciente de puestos de trabajo relacionados con la sostenibilidad, la inteligencia artificial, la tecnología, la digitalización y la sostenibilidad. Por el contrario, trabajos administrativos, en contabilidad, de secretariado, cajeros, empleados de servicios postales o taquillas, o de entrada de datos, irán disminuyendo conforme avance la digitalización. 

 

Observamos también, según este informe, que la formación de los trabajadores, las plataformas digitales y las apps, el análisis de big data, la realidad aumentada y virtual o la computación en la nube, el procesamiento de texto, voz e imágenes, el internet de las cosas y la IA, van a impactar positivamente en la creación de empleo en el sector educativo y en esa transformación anunciada repetidamente.

 

A nivel de competencias profesionales, tanto en para los profesionales del sector educativo como para los trabajadores de otros sectores económicos, vemos que las habilidades cognitivas (atención, memoria, razonamiento, aprendizaje...) siguen siendo las más demandadas, seguidas de la eficacia personal, las competencias tecnológicas, el trabajo en equipo y las habilidades de gestión o dirección. 

 

En relación al reciclaje y actualización profesional (reskilling and upskilling) vemos también un cambio significativo en comparación con años anteriores. El pensamiento analítico y creativo, la Inteligencia Artificial y el big data, el liderazgo y la influencia social, la resiliencia, flexibilidad y adaptabilidad, o la curiosidad y el aprendizaje continuo, son los puntos clave hacia donde giran las estrategias de las empresas; adquiriendo menor importancia otras competencias relacionadas con las destrezas manuales, las habilidades sensoriales, la lectoescritura y las matemáticas, o el multilingüismo. 

 

Muy interesantes también las perspectivas de rotación de trabajadores por sectores (labour market churn); así como los empleos donde se espera mayor creación de nuevos empleos o mayor destrucción de trabajo. Unos datos interesantes para analizar detalladamente las consecuencias de los cambios tecnológicos, sociales, económicos y medioambientales, en las distintas familias profesionales que nos ocupan. Si no adaptamos las distintas titulaciones a estos cambios, así como actualizamos las competencias que necesitan tanto el profesorado como los estudiantes, será complicado mejorar su empleabilidad y expectativas personales. 

 

Políticas para retener el talento del profesorado, la planificación de una carrera profesional docente y una gestión estratégica de la formación de los profesores, son claves para hacer frente a los cambios; no a los que se avecinan sino a los que ya estamos experimentando. Sin obviar la necesidad de actualización de unos currículos desfasados junto a unos libros de texto también anticuados; y la obligación de desechar modas educativas y ocurrencias que no trascienden ni transforman la Formación Profesional que precisamos. Además de una nueva Ley, vamos a necesitar mentes preclaras que conduzcan la FP al ritmo y con el cuidado que los tiempos y nuestra comunidad educativa merecen. El desafío lo exige.

 

LAS COMPETENCIAS Y TRABAJOS DEL FUTURO EN LA FP

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