Para responder a la pregunta que titula esta entrada no sería mala idea enviar a nuestros claustros uno de esos formularios online que tanto abundan hoy en día sobre qué leen y con qué frecuencia. Tal vez nos llevaríamos más de una sorpresa; o puede que nos confirmara lo que algunos ya intuímos. Porque, además de novelas, me cuestiono de nuevo: ¿leemos los docentes literatura sobre educación?, ¿o es algo solamente de educadores frikis y ociosos?
Entiendo que la existencia de editoriales especializadas en libros sobre educación indica cierto interés sobre el tema entre el profesorado e incluso entre los padres y madres de los alumnos. Tomando como referencia, a modo testimonial, el listado de los libros más vendidos de educación en Amazón, observamos que abundan los títulos de autoayuda, los orientados a la crianza de niños o educación de adolescentes y los cuadernillos de actividades escolares. Si analizamos este listado, observamos que entre los libros destinados específicamente para docentes hay pocos entre los primeros puestos; además de los últimos y recomendables libros escritos por Juan Fernández (uno junto a Mariana Morales) hay poco más que algún título sobre la atención a la diversidad o la educación especial junto a un par de ensayos sobre educación en los últimos puestos de ventas.
Siempre me ha sorprendido ese escaso interés sobre la lectura de libros relacionados con la pedagogía, la reflexión e investigación educativa o la didáctica de nuestras materias. En los actuales másters del profesorado, además de abundar con mayor o menor acierto en las distintas metodologías y otras actividades en boga, no es fácil encontrar recomendaciones de libros que supongan una reflexión sobre la eduación actual y futura que van a abordar. Solo nos faltaba esa corriente de antipedagogismo que reduce cualquier innovación al rango de ocurrencia como si todo estuviera ya inventado y la mayoría del profesorado se aviniera a los cambios y novedades metodológicas. Quizás como contraposición a cierta insustancialidad escolar wonderfuliana.
Me parece indispensable fomentar en los claustros, así como desde las distintas iniciativas de formación del profesorado, la lectura de literatura sobre educación. Es necesario además encontrar tiempos para el debate y comentarios de estos libros; así como invertir en la adquisición de novedades y de clásicos o referencias obligadas para maestros y profesores. Lecturas obligadas para no caer en el seguidismo de las redes y sus modas. Lecturas para alimentar nuestra capacidad crítica frente a los cambios que nos imponen o las ideas interesadas. Lecturas para pensar y disfrutar como una parte más de nuestro crecimiento personal y profesional.
Para predicar con el ejemplo, además de en este blog donde puntualmente recomiendo libros (ver etiqueta al respecto), me aventuro a sugerir lecturas actuales y pasadas desde mi cuenta de Instagram (@oscarboluda). Una cuenta que reutilizo, no para mostrar mi decadencia física ni mi opípara dieta, sino para reciclarme y reducir el ruido de naderías que extendemos por las redes. De momento a tiktoker no me aventuro... Todo sea por la sostenibilidad intelectual.
Nos seguimos leyendo.
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