Se acerca el Día Internacional del Libro y pese a que esos "días de..." acaban a menudo en el olvido, no podemos dejar pasar la ocasión para insistir en la importancia que tiene la lectura en la educación. Una afición a la lectura que confundimos con esa asignatura de Lengua y Literatura en la que injustamente parece siempre recaer toda la responsabilidad del fomento lector.
Es incongruente la insistencia en fortalecer el pensamiento crítico de los alumnos cuando no ponemos todo el esfuerzo necesario en un plan lector dotado con recursos materiales y humanos. No tiene sentido organizar cuentacuentos y un sinfín de actividades en educación infantil o en primaria cuando luego todo es una carrera para alcanzar unos contenidos, a toda prisa habitualmente, sin tiempo ni la dedicación necesaria para forjar ese plan lector tan valioso para los alumnos.
En la FP, el bachillerato o en la ESO, con la excepción de la heroicidad e ilusión de algunos centros educativos, no es fácil encontrar experiencias transversales donde la lectura sea uno de sus bienes más preciados. Ciertas modas educativas o el afán por digitalizar sin medida han calado más en los políticos de turno y en las repetitivas formaciones del profesorado que otras iniciativas que tienen al libro como protagonista.
Volviendo al título que da pie a este artículo; en los dos días que llevamos de semana, he conseguido "vender" seis libros a otros tantos alumnos y un par a dos profesores. Sin tener cualidades de comercial, no tiene más secreto que llevarse al aula unos cuantos libros de temáticas variadas, comentarlos y recomendar su lectura. Y acaban picando... Parece que es más fácil acercar la biblioteca al aula que al alumno a la biblioteca.
Aprovecho la ocasión para recomendar, a jóvenes y mayores, los siguientes títulos prestados en estas últimas 48 horas:
"Fahrenheit 451" de Ray Bradbury
"El guardián entre el centeno" de J. D. Salinger
"Y tú, ¿qué marca eres? 20 claves para gestionar tu reputación personal" de Neus Arqués
"El diario de Anne Frank" (novela gráfica) de Anne Frank
"Salvaje" de Cheryl Strayed
"Éramos el enemigo" (novela gráfica) de George Takei
"La casa del propósito especial" de John Boyne
"Gordo de Porcelana" de David Pascual.
(Estos dos últimos recomendados por dos profesoras.)
Espero que las acciones puntuales, las mías incluidas, esas que persiguen la animación a la lectura; se queden en algo más que pasajeras actividades bienintencionadas que al poco tiempo acaban siendo olvidadas hasta el siguiente "día de lo que sea".
PD. Hoy, miércoles, he conseguido "vender" otro libro, muy duro pero que narra una historia para no olvidar: "El chico que siguió a su padre hasta Auschwitz" de Jeremy Dronfield.
Oscar: estar en tu lista es un privilegio y una alegría. Gracias por incluir "Y tú, ¿qué marca eres?", pero sobre todo, gracias por animar a leer. A tu disposición.
ResponderEliminarHola, Neus: Encantando de leerte por aquí, en ese libro que recomiendo y en tu blog; de mucho interés para alumnado de Formación Profesional que se inicia laboralmente. Me ha encantado que comentes por aquí, en estos tiempos donde cada vez nos paramos menos a saludar y comentar fuera de las redes sociales. Muchas gracias.
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