En el día de hoy, en la Jornada de Innovación Metodológica en Formación Profesional celebrada en Salamanca, hemos podido descubrir e intuir algunas respuestas a estas cuestiones. Todos los ponentes invitados parecemos coincidir en la vital importancia que tienen las competencias personales, las llamadas "soft skills", en la empleabilidad de nuestros alumnos. Estamos de acuerdo en que no podemos continuar calificando únicamente las competencias técnicas de nuestros alumnos sin valorar aspectos como la actitud, la implicación, el respeto, la autonomía y responsabilidad, la capacidad de resolución, la creatividad, la adaptabilidad...
En las primeras ponencias, con el Aprendizaje y Servicio como eje central, se demuestra que las experiencias en entornos reales ayudan a trabajar esta serie de competencias. Los alumnos pueden ser valorados como profesionales, a la vez que ofrecen un servicio a su entorno y sensibilizan a la comunidad educativa en aspectos que trascienden del ámbito académico. Los proyectos de Mabel Pérez en el área de la Dietética, Mª Jesús Sánchez con el módulo de Empresa e Iniciativa Emprendedora y los niños refugiados sirios, o la profesora Laura León en Integración Social y colaborando con el colectivo gitano de su ciudad, son magníficos ejemplos en los que la Formación Profesional sale de las aulas logrando la implicación del alumno y alcanzando un aprendizaje memorable.
En otra de las ponencias, por parte de Natalia Gastón y Agustín Agirre, integrantes del Centro de Innovación e Investigación Aplicada del País Vasco (Tknika), fuimos testigos de su atrevimiento y avance con respecto a otras comunidades autónomas y regiones europeas en relación a las nuevas metodologías y su visión sobre la Formación Profesional. En el País Vasco, hace ya tiempo que tienen claro que el presente está en el trabajo colaborativo, en las redes de trabajo entre centros y entre el profesorado de las escuelas; en la necesidad de establecer equipos docentes para cada ciclo formativo y en cada centro de FP. Apuestan por los retos intermodulares, por una evaluación de esas competencias personales que antes comentaba, por la figura del "coordinador de aprendizaje" en los centros y por una flexibilidad en los espacios y en los horarios de los profesores del ciclo. Todo ello, gracias sin duda, a la apuesta política de la viceconsejería de Formación Profesional que desde hace más de diez años trabajan pensando en el futuro de un modo estratégico.
Muchos de sus materiales están disponibles en: ethazi.tknika.eus Me quedo también con la frase de Agustín, "trabajar en serio no es trabajar serio". Una frase que podemos aplicar tanto a la formación profesional en las aulas como a cualquier otro sector profesional.
Muchos de sus materiales están disponibles en: ethazi.tknika.eus Me quedo también con la frase de Agustín, "trabajar en serio no es trabajar serio". Una frase que podemos aplicar tanto a la formación profesional en las aulas como a cualquier otro sector profesional.
La última ponencia, de Juanjo Vergara, experto en Aprendizaje Basado en Proyectos, que pude seguir únicamente por Twitter (#FP_SA), incidía también en trabajar partiendo de la realidad, desde la generación de emociones y revertiendo ese esfuerzo en el entorno. El ABP es una metodología tremendamente útil para llevar esto a cabo.
Por último, os dejo con la presentación de mi intervención, titulada "Formación Profesional y competencias. ¿Regreso al futuro?" por la incertidumbre constante en la que los profesores de FP estamos inmersos. Queremos innovar, necesitamos experimentar, pero no podemos perder de vista todo el trabajo que se viene haciendo desde hace muchos años en la Formación Profesional. Nuestro futuro es el ahora y debemos adelantarnos al mismo con los recursos actuales.
También muestro el trabajo que hacemos en el aula y el uso de ciertas herramientas digitales (blogs, sites, Canva) que ayudan a reflexionar sobre la identidad digital del alumno y que son sencillas de manejar. Todo ello disponible en mi portafolio digital.
Expongo igualmente la necesidad de compartir experiencias tanto dentro como fuera de los centros de FP. El éxito que supone contagiar las buenas prácticas entre los compañeros de claustro, aprovechando los intereses personales de cada docente para conectar mejor con el alumno son también claves en la transformación educativa de los centros. No menos importante es la evaluación de las competencias personales que mencionábamos al principio; una evaluación diferente que nos debe hacer reflexionar sobre qué buscamos en los alumnos y si son suficientes las típicas calificaciones finales.
Expongo igualmente la necesidad de compartir experiencias tanto dentro como fuera de los centros de FP. El éxito que supone contagiar las buenas prácticas entre los compañeros de claustro, aprovechando los intereses personales de cada docente para conectar mejor con el alumno son también claves en la transformación educativa de los centros. No menos importante es la evaluación de las competencias personales que mencionábamos al principio; una evaluación diferente que nos debe hacer reflexionar sobre qué buscamos en los alumnos y si son suficientes las típicas calificaciones finales.
Gracias de nuevo desde aquí a Elena Rodríguez por la invitación y organización de unas jornadas de FP por y para profesores de Formación Profesional, que rara vez se convocan por la geografía española. Ha sido un placer compartir este tiempo con otros docentes de Formación Profesional.
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