Afirmaciones como "ayudan a relajarme", "a mi no me afectan", "no son tan malos", "peor es el tabaco o el alcohol", "ayudan en algunas enfermedades"... es fácil oírlas en boca de alumnos jóvenes o adolescentes. La excusa de que sólo se fuma en fin de semana, acaba convirtiéndose en un acto cotidiano de muchos chavales que terminan consumiendo hachís o marihuana diariamente, de un modo cada vez más público y sin complejo alguno.
Todo ello lleva a algunos estudiantes a fumar cannabis antes o durante las clases -en los descansos-, sin percibir ninguna consecuencia para su rendimiento académico o sin querer ver los efectos negativos que, a nivel cognitivo, le están causando estas sustancias. Por no hablar del efecto llamada o el trapicheo que se origina y acaba creando nuevos adictos y consumidores de esta droga. Al fin y al cabo, aunque parezca sonar mal en el caso de la marihuana -aquí no valen eufemismos- estamos hablando de drogadictos o personas drogadas mientras asisten a clase.
Vale la pena leer el siguiente artículo de Jot Down, donde se desmonta el mito del cannabis como una droga medicinal, y donde científicamente se demuestran sus efectos negativos en la motivación del alumno; la ansiedad, irritabilidad, aburrimiento e insomnio que genera su dependencia; la pérdida de memoria y las alteraciones neuronales en los más jóvenes. Unos datos que apuntan a esta droga como una de las causantes del absentismo y el fracaso escolar, así como una fuente de conflicto con aquellos alumnos más irascibles por el consumo.
Pero, ¿qué podemos hacer en las escuelas? Está claro que se necesita mucha prevención temprana -ya durante la ESO-, así como mucha más concienciación sobre los efectos negativos de la marihuana demostrados científicamente. También se debe mostrar tolerancia cero ante esta droga, que ha adquirido injustamente una buena fama, y ofertar ayuda a los consumidores habituales. No podemos permitir que tantos jóvenes, un 35,7% de los jóvenes de 18 decían haberla consumido en los últimos 30 días ya en el año 2004, tiren por la borda su futuro académico o malogren su inserción profesional. Que las familias y los alumnos tengan información para prevenir el consumo, es también nuestra función como educadores.
Muy interesantes para ello los documentos y las campañas publicadas en la web del Plan Nacional sobre Drogas.
Muy interesante contenido. Saludos,
ResponderEliminarJosé
Muchas gracias José. ¡saludos!
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