Que la FP está de moda, que hay que prestigiarla, que la oferta es escasa y el número de titulados insuficentes, etc, etc. son frases demasiado frecuentemente escuchadas y que pueden terminar convirtiéndose en un mantra ineficaz.
Lo que nuestros políticos y las leyes educativas deben tener presente, si de verdad queremos impulsar la Formación Profesional, es invertir en la actualización del profesorado y en el establecimiento de proyectos integradores de centro donde se invierta no sólo en medios técnicos, si no también en recursos humanos y tiempo para llevarlos a cabo.
Los profesores de Formación Profesional necesitamos mucho tiempo si queremos mantenernos actualizados a las demandas del sistema productivo y necesidades de las empresas de servicios. En Formación Profesional precisamos que los equipos docentes de cada ciclo formativo puedan coordinarse con ayuda de tiempos establecidos en su horario profesional y teniendo en cuenta los diferentes turnos que a menudo se dan en las escuelas. Para ello, la administración educativa, podría disminuir la carga lectiva y contemplar horas para ese trabajo en común.
Tampoco tienen ningún sentido, por falta de necesidad, comenzar las clases el día 8 de septiembre -en el caso de la Comunidad Valenciana- para luego terminar a finales de junio y con mayores disponibilidades horarias por la ausencia de los grupos de segundo curso. Sería más provechoso un comienzo más tardío y dilatar los exámenes de evaluación final, así como repensar el número de horas diarias de los diferentes ciclos. En su día, acertadamente, se eliminó la convocatoria extraordinaria de septiembre y se pasó a junio. Ahora también podríamos seguir retrasando esa convocatoria o modificar los formación en centros de trabajo (FCT) para profundizar en la nuevas técnicas y metodologías o incluir algún tipo de formación en empresas u otras organizaciones vinculadas a cada familia profesional, -¿una formación dual para profesores? (leer artículo al respecto)-.
Porque no sólo podemos depender de un libro de texto más o menos actualizado que siga a la perfección el Real Decreto correspondiente. Es más urgente compartir recursos con otros compañeros, llevar a cabo proyectos integradores entre ciclos formativos y/o módulos, así como iniciar contactos más estrechos con el mundo empresarial.
Tampoco se trata de que si hace más o menos calor en septiembre que en junio, si no valorar cuando el tiempo de trabajo es más productivo en los centros educativos. Por experiencia, los profesores comenzamos con más energías que cuando estamos finalizando el curso. La inversión en la formación del profesorado puede ser más eficaz según el momento en que se programe. Es por tanto imprescindible una planificación y gestión del calendario escolar que permita esos espacios y tiempos de coordinación profesional teniendo en cuenta las singularidades de nuestro sistema de Formación Profesional.
Supongo que algún día nuestros responsables de la política educativa también nos consultarán a los docentes.
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SINGULARIDADES DE LA FORMACIÓN PROFESIONAL
viernes, 9 de septiembre de 2016
Con la tecnología de Blogger.
Hola, Óscar:
ResponderEliminarAcabo de descubrir tu blog y no puedo estar más de acuerdo con lo que dices en esta entrada. Seguiré pendiente de tus publicaciones. Gracias.