No tengo ni idea. Algunos nos intoxicamos con un exceso de artículos "educativos" mientras que otros siguen con lo de "siempre". La evolución parece que sigue su curso, pero la revolución educativa se hace esperar. Aparecen tendencias y modas metodológicas o tecnológicas, pero no veo una línea clara a seguir o una inspiración común que nos acompañe a los docentes. Demasiada prueba y error. ¿Cómo alcanzar lo sublime? ¿Cómo seguir siendo ese profesor común que se vuelve memorable?
Mientras tanto sólo me queda recomendar más y más lectura en el aula y fuera de ella. Más utilización de Internet no sólo como fuente de conocimientos sino como colaboración con el mundo exterior y estímulo de la creatividad. Más aprendizaje conectado al móvil pero con cordura y desconexiones obligadas. Más creación, libre pero profesional. Más diseño de acciones ideando nuevos modos de hacer las cosas; cerebros -de profesores y alumnos- echando humo. Más humor, con ironía pero sin sarcasmo. Más discursos críticos pero no cínicos ni destructivos. Más reflexión e intercambio concienzudo. Y, sobre todo, más humanidad, compañerismo y disfrute de ese grupo de personas que nos tocan por suerte cada año.
photo credit: Ann Su Kyi via photopin (license)
¡Enhorabuena Óscar! Me entanta, cuanta razón...
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