Desconozco si pasara en otras profesiones, pero los docentes no destacamos por hacer autocrítica. Al menos en público, es raro escuchar un "mea culpa" o un "que mal hemos hecho nuestro trabajo". Tendemos a traspasar la responsabilidad última a la falta de recursos, ya sea por escasez de tiempo o materiales, a la administración educativa, y, sobre todo, a nuestros alumnos. No es frecuente, por vergüenza o por temor al descrédito, escuchar a un docente manifestar que se ha equivocado.
Disfrutar de un grupo de alumno motivados, con recursos técnicos y materiales, con colegas que cuentan contigo y comparten sus recursos, es garantía de éxito para cualquier educador. Enfrentarse a alumnos disruptivos, saber afrontar los problemas técnicos que surgen en cualquier aula o sobrevivir a base de materiales propios, es, a nuestro pesar, algo inherente a nuestra profesión. Todas estas dificultades, por un motivo u otro, no somos siempre capaces de afrontarlas. Asumir la incompetencia propia, por falta de formación o, peor aún, por falta de actitud, es un primer paso para tratar de mejorar nuestra enseñanza.
No existen los 10 trucos infalibles para ser un profesor 10. Aún así, comenzar a reflexionar sobre aquello en lo que fallamos, hablar en voz alta de nuestros errores, disculparse ante los alumnos, conversar con los colegas sobre los problemas del aula, pedir consejo a profesores más experimentados o solicitar ayuda al equipo directivo, puede ser un buen comienzo para la mejora profesional.
Dejar de culpabilizar a la sociedad, padres o alumnos, es también un paso saludable para analizar nuestra tarea diaria con algo más de autocrítica. ¿Estamos dando el 100% en el aula? Puede que sí, pero, puede también que estemos manteniendo algunas inercias que no nos permiten conectar con el alumno, despertarle las ganas de aprender y convertirnos en ese profesor memorable. Siempre hay casos individuales difíciles y agotadores, pero, la gran mayoría de alumnos tienen capacidades suficientes y una buena disposición para seguir aprendiendo. Despotricamos casi siempre por lo mismo sin pararnos a pensar en todos los alumnos que han madurado con nosotros y son ya adultos responsables con una vida encaminada.
Aprovecho para recomendar la película "El profesor (Detachment)" que nos muestra la cruda realidad de un instituto norteamericano. Pese al carácter sombrío de la película merece la pena contemplar como afronta la enseñanza el profesor protagonista en unas condiciones realmente complicadas.
Fuente imagen: película "Detachment"
SER MAESTRO ES UNA PROFESIÓN COMO TODAS :SISTEMÁTICA,TÉCNICA Y CIÉNTIFICA .MUCHAS VECES SE HA CREÍDO QUE EL IDEALISMO ES MÁS QUE SUFIENTE ,PERO NO ES CIERTO .LA EDUCACIÓN ES TAREA DE TODOS Y EL PROFESOR NO ES UN MAGO .
ResponderEliminarSiento discrepar del anterior comentario. Si la docencia fuera una profesión tan sistemática, técnica y científica, sería imposible escriber un apunte como este. En el aula, todos los días está presente la incertidumbre. Repites lo que va bien para un grupo con otro y fracasas. ¿Por qué se defiende tanto la personalización del aprendizaje? Pues porque el aprendizaje, es ahí donde tenemos que ayudar, no es tan sistemático. Es evidente que la educación es tarea de todos, pero el profesor tiene que liderarla.
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