Al finalizar el servicio militar obligatorio, los mandos, calificaban en una cartilla el valor de los reclutas. Evaluaban con SS si éstos no habían entrado en combate. Es decir, el valor se le suponía. En el caso de los docentes, si tuviéramos que ser calificados en relación a nuestra vocación, al finalizar nuestra carrera profesional, podrían aparecer muchos casos con este SS.
Algunos profesores acceden a la docencia por casualidad, y siguen enseñando porque es una profesión que, bien llevada, significa una elevada autorealización. Curiosamente, en mi caso, me inicié en la docencia durante el servicio militar obligatorio, la dichosa mili. Un inicio que, por desastroso, pudo haberme alejado por completo del mundo educativo. Además, no tuve la "suerte" de demostrar mi coraje...
El problema, para los alumnos, aparece si el profesor no tiene vocación o, al menos, un compromiso con ellos. No es imprescindible una vocación inicial o heredada para ser un buen profesor. Pero, si queremos dejar una mínima huella en nuestros alumnos, es necesaria mucha (pre)ocupación por el alumno; no desentenderse de sus problemas o dificultades; enseñar y aprender con ellos disfrutando los momentos dentro y fuera del aula. Para ello, algo de formación pedagógica y mucha supuesta vocación serían milagrosas en las aulas.
El prototipo de enseñanza cuartelaria no es algo difícil de encontrar. Alumnos que identifican al profesor como su enemigo. Profesores que solventan todo con disciplina y sanciones. Aulas donde debe reinar el silencio y no se permiten salidas de tono. Sigo sin entender un modelo educativo donde el alumno está deseando finalizar la jornada académica. En estos casos, la iniciativa y las ganas de aprender suelen brillar por su ausencia.
Al final, las horas de preparación de clases, el aumento de número de alumnos, la diversidad del aula o los cambios tecnológicos, se pueden superar con esta vocación supuesta o cierta.
photo credit: The Adventures of Kristin & Adam via photopin cc
DOCENTES Y VOCACIÓN SUPUESTA
sábado, 11 de octubre de 2014
Con la tecnología de Blogger.
El modelo de funcionariado en la educación a veces facilita lo que comentas. Yo siempre digo que con más transparencia y menos miedo se consiguen más y mejores cosas... ;-)
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo! Y si le añadimos ganas ni te cuento... :) Al final si no disfrutamos del trabajo lo sufren los alumnos y nosotros mismos.
EliminarGracias José por comentar.