Con el verano aumentan las temperaturas y la oferta de formación dirigida al profesorado. Una oferta muy amplia y difusa, organizada a través de jornadas, universidades estivales, cursos online o a medida, etc. Una oferta difícil de digerir donde muchas veces el profesor/a dedica su tiempo a lo que puede o se le antoja.

Por suerte, los cursos de antaño sobre ofimática, uso de la pizarra digital y similares, parecen estar de capa caída. Por el contrario, los cursos estrella, son ahora para obtener certificados de inglés; miles de horas del profesorado aplicados a aprender una lengua que difícilmente utilizaran en el aula para comunicarse con los alumnos. Un ejemplo más de la spanish titulitis y del sinsentido de una formación a granel, sin prioridades ni visión de futuro.
Nos llenamos la boca de las competencias que nuestros estudiantes deben tener para el futuro: liderazgo, alfabetización digital, comunicación, inteligencia emocional, emprendedurismo, ciudadanía global, resolución de problemas y trabajo en equipo (ver artículo en www.edudemic.com/). Pero, ¿trabajamos realmente los profesores estas competencias? ¿estamos preparados para formar en ellas a nuestros alumnos? ¿cómo podemos formarnos en ellas? ¿tenemos la base pedagógica y didáctica para afrontar estas competencias?
¿No podríamos acercarnos a estas competencias dedicando un tiempo al trabajo en equipo?¿al uso de herramientas colaborativas? ¿al trabajo por proyectos junto con compañeros y alumnos? ¿o a conocer el uso de Twitter y los blogs como herramientas de enseñanza y aprendizaje? En los tiempos que corren, no actualizarse, sea como sea, significa defraudar a nuestros alumnos.
Si lo tenemos claro, sólo nos hace falta la motivación. Sin motivación, la formación continúa del profesorado pierde sentido. Los alumnos, nuestro principal objetivo, no van a obtener ninguna mejora de un docente que se forma obligado o como trámite. Porque las oportunidades de aprendizaje son hoy más accesibles que nunca; tan sólo hace faltan ganas y una visión clara de hacia donde queremos ir. Formarse para seguir haciendo lo mismo nos sale a todos muy caro; sobre todo al alumno.
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Muy de acuerdo, Oscar! No debemos olvidar la necesidad de constante actualización y renovación que tenemos como profesionales, más allá de títulos y de certificados de formación. En fin, a ver qúe hacemos este verano... Saludos y felicidades por el post!
ResponderEliminarSaludos Ramón y buen verano actualizados o no! :)
EliminarEstamos hábidos de títulos y los políticos de turno están hábidos de que tengamos títulos... sin políticas de rrhh a medio y largo plazo y sin un plan de dinamización de la enseñanza en FP, desde el inicio las bolsas de trabajo priman que tengamos títulos... = como tú dices "titulitis", para que luego los concursos de traslados sigan primando que tengamos "títulos", pero alguien se ha parado a evaluar si los que más títulos tienen preparan mejor a los alumnos que los que no tienen tantos títulos?, en FP se podría hacer con indicadores... nivel de empleabilidad, eficiencia (económica y social) en la empresa, promoción en el puesto de trabajo, etc... alguno se anima?
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