Sin ánimo de ofender, un alumno me exponía el otro día su teoría acerca de los profesores: "cada profesor es un personajillo". Un personajillo con sus manías, su forma de ser y actuar, sus más y sus menos.
Recalcaba que hacía uso de este calificativo en forma no despectiva. En mi opinión, me parece que hace un uso literario del término: profesores como personajes de una obra de teatro o de un cómic. Cada uno en su papel. Un papel que, en nuestro caso, tenemos la suerte de poder adaptar a nuestro gusto, personalidad o intención.
Y, como acertadamente comentaba, mi alumno prefiere "personajillos" con los que se pueda hablar libremente, reír en clase o disfrutar el tiempo en el aula. Porque se puede ser flexible, cercano y exigente al mismo tiempo. Seguramente, de este modo, transmitiremos algo más que unos contenidos que olvidarán en poco tiempo.
Con suerte, pasaremos a ser un personajillo que recordará en la historia de su vida. A eso aspiro.
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Me gusta , me gusta :)
ResponderEliminarGracias Maite! :)
EliminarGrande señor!
ResponderEliminarGracias Goncho! A seguir currando! :)
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