Me parece realmente increíble. En pleno siglo XXI todavía nos encontramos con chicos, graduados en Educación Secundaria o incluso con el título de Bachillerato, que tienen unas competencias digitales ínfimas. Como diría un amigo mío: ¡no acredito!
Se puede echar la culpa al sistema educativo, a la organización de las asignaturas, al ministro o al consejero de turno, pero el problema radica en los profesores. No se trata de recriminar nada a los profesores de Secundaria, Primaria o FP; pero sí de hacer algo de autocrítica.
No debemos seguir tratando la asignatura de Informática como algo estanco y diferenciado del resto de asignaturas. Incluso, esa asignatura, debería desaparecer tal y como hoy se contempla. Las TIC, la informática, la ofimática, Internet, las redes sociales y vocablos similares, deben utilizarse, como algo transversal e imperceptible en el resto de asignaturas, materias o módulos.
No es de recibo que un chaval con dieciséis años no sepa utilizar bien un buscador en Internet o trabajar decentemente con un procesador de textos. Que no sepa editar una imagen y un vídeo de forma básica. E incluso, que no se le haya educado sobre el uso de las redes sociales o los medios de información digitales.
Por suerte, existen muchos buenos docentes que integran, de modo invisible, estas competencias básicas que debería alcanzar todo chaval de dieciséis años. Unas competencias digitales básicas necesarias para que los alumnos se desarrollen como personas y como futuros profesionales. ¿No hablamos siempre de ser competitivos?
La UE describe claramente estas competencias digitales; nos habla de alfabetización digital, mediática e informacional (ver artículo de David Álvarez: PLE en el marco europeo de Competencias Digitales). Un tipo de competencias, que pueden, y deben necesariamente, formar parte del currículum de nuestros alumnos de todos los niveles educativos.
Aún así, sigo siendo escéptico. Sigo leyendo artículos sobre la educación decimonónica que abunda en nuestras escuelas. Alumnos fritos a deberes escolares. Sistemas de evaluación basados en exámenes. Profesores que no pueden, o quieren, vivir sin el libro de texto y sin su solucionario. Entonces, ¿cómo podemos pedir una generación preparada? ¿vamos a seguir utilizando el informe PISA como único modelo evaluador del sistema educativo? ¿vamos a seguir haciendo injustas comparaciones con otros países?
La solución a todo este desbarajuste o despropósito radica, creo yo, en ensalzar la figura del profesor. Evaluar y promover al buen docente, al docente actualizado. Establecer buenos sistemas de formación pedagógica que estimulen el cambio en nuestra educación. Pero bueno, ese es otro berenjenal que merecería mucho más tiempo. De momento, tratemos de contagiar las buenas prácticas que algunos docentes llevan incorporando a sus programaciones sin necesidad de hablar de las TIC ni de lo digital. Os dejo con un buen ejemplo de ello: El blog del aula de la clase de Manel Rives.
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