Caer en la mediocridad en el ejercicio de la docencia no requiere mucho esfuerzo; tan sólo dejarse llevar por lo que venimos haciendo durante años, acomodarse a la burocracia educativa del corto y pego y calificando alumnos como en una factoría. De este modo obtenemos fácilmente nuestro certificado de profesor mediocre.
Muchos hemos caído a menudo en la mediocridad por comodidad o cierta ignorancia, mientras que otros sudan la gota gorda buscando como mejorar el aprendizaje del alumno, replanteándose cada año su práctica educativa a pesar de las crecientes exigencias. Escaparse de la mediocridad parece a veces un ejercicio que precisa del coach de moda o de un animador personal que esté continuamente alentándote.
Lo peor que nos puede pasar es caer en la mediocridad por dejadez, tomarnos nuestra profesión como si fuéramos vigilantes de seguridad de un centro comercial, buscar sólo el cumplimiento de la norma, evitar incomodidades, no aportar reflexión ni compartir experiencias con el resto de compañeros. Terminar el curso sin haber leído unas páginas sobre metodología educativa o innovación didáctica y no sentir la necesidad de consultar a otros colegas sobre su docencia son síntomas evidentes de esta mediocridad
Nos alejamos de la medianía cuando comenzamos a poner las necesidades del alumno por encima de las nuestras; cuando todo proyecto adicional es menos importante que el aprendizaje y valoración del alumno; cuando programamos o pensamos en cómo mejorar nuestra acción docente siempre en función del alumno y no en función de nuestros horarios, nuestra "sagrada" materia o cualquier otro interés personal.
Evitar la mediocridad supone una implicación total con tus alumnos, un sobresfuerzo que parece no compensar en los momentos más intensos del curso pero que es imprescindible para lograr el fin por el que trabajamos: que nuestros alumnos crean en sí mismos. Esto puede suponer horas extras, conflictos con compañeros, "reinterpretar" ciertas normas o no hacer lo que parece que toca... pero nos aleja de la maldita mediocridad.
Porque podemos ser mediocres si continuamos con los clichés que identifican al alumno como una especie de clan inferior que subdividimos a su vez en "los buenos", "los que si se esfuerzan pueden hacer algo más" o los "cortitos". Una mediocridad que parece arrogarnos con el poder de criticar y valorar al alumno desde una falsa posición de superioridad que nos convierte en profesores ordinarios y desfasados que se dedican a categorizar alumnos y crear estándares de todo tipo.
Todos tenemos malas rachas a nivel profesional, etapas donde parecemos menos fructíferos o no acertamos con nuestros alumnos, mientras que el profesor mediocre parece no sufrir altibajos instalado en un distensión permanente culpando a otros de cualquier inconveniente. Supongo que todos merecemos algún llamada de atención cuando nos acomodamos en exceso y perdemos de vista las prioridades.
Al igual que cada uno de nuestros alumnos cada docente puede aportar unas cualidades especiales que a veces es necesario redescubrir. Está en nuestras manos reflejar en el aula nuestra mejor esencia para no ser un tipo más en una de las miles de aulas de nuestro país. Preguntar sobre ello a los alumnos puede ser un primer paso.
photo credit: Gatukonst, Slussen, Stockholm via photopin (license)
EL PROFESOR MEDIOCRE
jueves, 17 de marzo de 2016
Con la tecnología de Blogger.
Excelente artículo, ojalá hiciéramos mas esfuerzos para evitar la mediocridad
ResponderEliminar¡Gracias Mónica por tu comentario!
EliminarDos cositas. Primero, ¿por qué la foto de Bubbles, uno de los personajes más orginales en una serie de televisión también muy original, de las menos mediocres de hoy en día. Segundo, también es mediocre repetir como loro cada teoría nueva que aparece en el horizonte sin sentarse a reflexionar y pensar críticamente qué aporta y en qué perjudica. Humilde opinión. Saludos
ResponderEliminarHola Esmeralda. Respecto a lo de Bubbles me pareció una imagen graciosa más que otra cosa, sobre todo por tratarse de unos retratos repetidos de un mismo personaje. La verdad es que no lo conocía, así que me pongo a ello gracias a tu comentario.
EliminarTambién estoy de acuerdo en que no se trata de aplicar a lo loco todas las novedades o modas que surgen, pero peor me lo ponen aquellos que siguen con lo mismo durante toda la vida muy a pesar de sus alumnos...
un saludo!
Estoy completamente deacuerdo con el articulo. La mediocridad es algo contra lo que yo intento luchar a diario. A veces salgo victoriosa, otras no.
ResponderEliminar¡Ya somos dos Beatriz! Al menos somos conscientes... :)
EliminarEstoy completamente deacuerdo con el articulo. La mediocridad es algo contra lo que yo intento luchar a diario. A veces salgo victoriosa, otras no.
ResponderEliminarDisculpa, soy un estudiante de arquitectura y quisiera saber tu opinión de acerca de un informe que hice para un trabajo de competencia comunicativas, la profesora nos pidió que escribiéramos algo, algo que nos llamara la atención e hice un trabajo, acerca del problema que sufren muchos estudiantes en el colegio con la metodología de aprendizaje y también del pensamiento negativo que tienen del colegio y eso como les complica al entender... así que me gustaría saber si estas interesado en leer mi corto informe y darme tu opinión
ResponderEliminarDesde luego Alejandro, pásamelo por email: oboluda@gmail.com saludos!
EliminarDisculpe profesor Oscar, es para saber si le llego el correo. Ya se lo había enviado pero por algún problema que tengo con mi email institucional , hay algunos correos que no se han enviado y quisiera saber si le llego o no, es tan amable y me confirma.
EliminarEstá muy bien hablar de profesores mediocres (que existen), profesores que no se toman en serio su trabajo, que no hacen absolutamente ningún esfuerzo por aprender ni que trabajan fuera del aula preparando materiales. Pero es injusto que ponga el grito en el cielo cuando se habla de alumnos mediocres (que los hay), alumnos sin interés ninguno y que van a torpedear una clase (que los hay) y alumnos que no trabajan ni se esfuerzan y quieren aprobar sin estudiar (que los hay).
ResponderEliminarYa basta de la nueva corriente de pedagogía que quiere cargar solo sobre los profesores los malos resultados de la educación en este país. Porque la responsabilidad de la enseñanza y del nivel de este país es compartida entre padres (que no educan), alumnos (que no estudian) y profesores (que tienen técnicas anticuadas en sus clases).
Excelente articulo.
ResponderEliminarLOS BUENOS DOCENTES SIEMPRE SE RECUERDAN! -Bueno Vs mediocre- El docente solo tiene 2 caminos: Agradar al grupo de estudiantes y estar al nivel de ellos, en comodidad, rayando en ridiculizarse, ser grosero, huyendo de su tan importante rol hasta perder su lugar objetivo como docente ; y el otro hacer de su clase algo fructífero y valioso para aquellos estudiantes que si quieren aprender. Porque es obvio que algún grupo inconforme lo tachara de fastidioso pero eso no importa ya que personas así siempre habrán y no por ellas debe dañar su calidad de enseñanza perjudicando a los que un día si le agradecerán. Muchos se acobardan por eso; Es cuestión de CARACTER Y ROL CORRECTO.
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